Usar tus datos como respaldo para solicitar un crédito bancario: ¿el futuro de los préstamos?

Utilizar nuestros propios datos como respaldo para solicitar un crédito bancario podría convertirse en una práctica común con esta nueva tendencia.


La industria de los créditos está experimentando una transformación en todo el mundo, y América Latina no es la excepción. En la era digital actual, donde los datos son considerados el nuevo oro, surge una nueva tendencia en el sector crediticio: utilizar tus propios datos como respaldo para solicitar un crédito bancario. Esta innovadora forma de obtener financiamiento está ganando impulso y podría ser el futuro de los préstamos.

Según los datos más recientes, se estima que en América Latina más del 70% de la población adulta utiliza activamente servicios en línea, generando una gran cantidad de datos personales. Estos datos pueden incluir información sobre hábitos de consumo, comportamiento financiero y patrones de gasto, entre otros. Ahora, los bancos y prestamistas están comenzando a reconocer el valor de estos datos como respaldo para evaluar la capacidad crediticia de los solicitantes.

Con esto en mente nació una compañía que tiene la misión de ayudar a las empresas emergentes a aprovechar sus datos como un activo para acceder al capital en forma de préstamos respaldados por datos. Se trata de Gulp Data, quien también acaba de anunciar que ha asegurado $25 millones de dólares para ampliar sus préstamos respaldados por datos a startups de todo el mundo.

El modelo es basado cien por ciento en la tecnología y la data, ayuda a las empresas modernas a recibir una evaluación más precisa de sus activos totales para que puedan evitar renunciar a los fondos propios con el fin de liberar flujo de caja. La plataforma de créditos busca ampliar su capacidad de préstamo y llevar los préstamos respaldados por datos a la corriente principal con una línea de crédito de $10 millones de dólares.

Los datos como dinero, el futuro de los créditos bancarios

Esta nueva tendencia marcada por la compañía, se basa en la idea de que los datos personales generados por las empresas pueden ser utilizados como una forma de garantía para acceder a préstamos. En lugar de depender únicamente de los tradicionales requisitos financieros, como ingresos o historial crediticio, los bancos ahora pueden analizar y evaluar la información digital de los clientes para determinar su solvencia crediticia.

Un informe reveló que en América Latina, aproximadamente el 60% de los bancos ya están utilizando algún tipo de análisis de datos para evaluar la capacidad de pago de los solicitantes de crédito. Esta tendencia está generando un cambio significativo en la industria, ya que permite a las personas que antes no cumplían con los requisitos crediticios tradicionales acceder a financiamiento.

Para alcanzar sus objetivos de prestar más de $100 millones de dólares durante el próximo año a través de préstamos respaldados por datos, la empresa está trabajando con una red de socios y apoyando a más startups y pymes de todo el mundo.

Lauren Cascio, fundadora de Gulp Data, afirma que: «Estamos encantados de gestionar directamente este capital y poner plenamente en práctica la experiencia que hemos desarrollado trabajando con la data. El crédito privado se ha contraído realmente, sobre todo en los préstamos comerciales, y las empresas simplemente no tienen tantas opciones hoy como hace tan solo dos años».

Hasta la fecha, la empresa ha realizado más de 800 valoraciones de datos y su nueva línea de crédito contribuirá a aumentar el número de préstamos respaldados por datos disponibles en el futuro. Al consolidar los datos como un activo aprovechable, la compañía está ayudando a empresas de todos los tamaños a nivel mundial a desbloquear el valor de sus conjuntos de datos.

A medida que avanzamos hacia un mundo cada vez más digital, donde los datos desempeñan un papel crucial en nuestra vida cotidiana, utilizar nuestros propios datos como respaldo para solicitar un crédito bancario podría convertirse en una práctica común. Esto permitiría una mayor inclusión financiera y brindaría oportunidades de financiamiento a aquellos que anteriormente no tenían acceso a préstamos tradicionales. Si bien aún queda camino por recorrer en términos de regulación y protección de datos, esta tendencia promete transformar la forma en que obtenemos créditos y podría marcar el futuro de los préstamos en América Latina y más allá.